25 En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta:
—Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
26 Jesús replicó:
—¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú?
27 Como respuesta el hombre citó:
—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
28 —Bien contestado —le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás.
29 Pero él quería justificarse, así que le preguntó a Jesús:
—¿Y quién es mi prójimo?
30 Jesús respondió:
—Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. 32 Así también llegó a aquel lugar un levita y, al verlo, se desvió y siguió de largo. 33 Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. 34 Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. 35 Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva”. 36 ¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
37 —El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.
—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús.
(Parábola del buen samaritano Lucas 10:25-37 )
Mujer que ayudó a haitiano que murió tras perder vuelo: SAMU y Carabineros no lo llevaron a hospital
Pamela Salas es el nombre de la mujer que ayudó a Henry Joseph, ciudadano haitiano que murió en el Hospital del Salvador tras permanecer al menos dos días en el Aeropuerto de Santiago, luego de no poder abordar el vuelo que lo llevaría con su familia en Haití.
Fue ella quien lo trasladó al recinto asistencial tras verlo tiritando.
“Me acerco y me di cuenta que había una familia ayudando a un hombre que estaba recostado, tiritaba muy fuerte y estaba tapado con una telita de algo”, dijo en conversación con El Mercurio.
De acuerdo a los primeros antecedentes de la Fiscalía, que investiga presunta responsabilidades en su muerte, Joseph llegó enfermo al terminal aéreo, lo que le impidió abordar su vuelo.
Haitiano que murió tras perder vuelo no habría podido abordar por su estado de salud
Al dar aviso al SAMU respondieron que no buscan a gente en el Aeropuerto.
Pese a esto, en agosto de este año personal del SAMU atendió a la niña de 14 años que murió en el trayecto de un vuelo desde Miami a Santiago, esperándola en la losa del aeropuerto.
Tras ir a buscarle un té, se encontró con un trabajador haitiano. “Ahí supimos que él tenía vuelo el martes de esa semana, esto fue el viernes“.
Pamela confirmó que a Jospeh no lo dejaron abordar por su estado de salud, según él mismo le señaló.
“No lo dejaron abordar porque estaba enfermo, pero no le dieron ayuda médica tampoco, lo dejaron en el aeropuerto. Andaba con un celular que se descargó”, explicó.
Joseph le contó además que había estado ocho meses en Temuco, donde enfermó, razón que llevó a su familia a juntar dinero para poder comprarle un pasaje de regreso.
“Estaba muy angustiado porque no tenía cómo avisarles lo que había pasado. De hecho, días después cuando nos comunicamos con su familia nos contaron que lo habían llorado mucho, que pensaban que había muerto”, relató.
Petición a Carabineros
Pamela cuenta que tras volver con el té, el trabajador que hizo de intérprete le comunicó que Jospeh no sabía qué hacer, que no tenía dinero.
“Ahí yo ya me había involucrado en el asunto y les preguntamos a los carabineros si lo podían llevar a algún lado y nos respondieron que ellos no podían llevar personas al hospital”
Tras esto, relató, llegó un paramédico del IST que le tomó los signos vitales.
Sin embargo, le señaló que no había servicio médico para pasajeros, que era solo para los trabajadores.
Traslado al hospital
Ante esto, considerando que ella andaba en auto, le ayudaron a subirlo para poder trasladarlo al hospital, donde contaban con intérprete.
“Pasó a la categorización y lo atendieron muy bien. Él en todo momento decía que estaba bien, porque lo único que quería era que le dieran un certificado para poder abordar el vuelo. Fue muy difícil que dijera qué le pasaba o qué sentía”, detalló.
Ya en contacto con su familia, Pamela supo que tenía tres hijos, de 3, 12 y 16 años.
Por justicia y repatriación
Pamela busca ahora poder repatriar el cuerpo de Joseph: “No nos vamos a quedar tranquilos hasta que Joseph esté con su familia y que tenga el funeral que merece”
“Joseph necesita justicia y no puede seguir ocurriendo esto, ni en el aeropuerto ni en ningún otro lugar”, enfatizó.
Parece ser que la compasión sólo puede tenerse en algunos momentos de nuestra vida, con aquellos que han caído en desgracia y los desvalidos. Compadecerse es una forma de compartir y participar de los tropiezos materiales, personales y espirituales que aquejan a los demás, con el interés y la decisión de emprender acciones que les faciliten y ayuden a superar las condiciones adversas.
Ante todo, debe quedar claro que tener compasión y sentir lástima no es lo mismo. Contemplamos la desgracia muchas veces como algo sin remedio y sentimos escalofrío al pensar qué sería de nosotros en esa situación, sin hacer nada, a lo mucho pronunciamos unas cuantas palabras para aparentar condolencia.
Por otra parte, pasa el tiempo y vemos con asombro la indiferencia que poco a poco envuelve a los seres humanos, los contratiempos ajenos parecen distantes, y mientras no seamos los afectados todo parece marchar bien. Este desinterés por los demás se solidifica y nos hace indolentes, egoístas y centrados en nuestro propio bienestar.
Sin embargo, son las personas que nos rodean quienes necesitan de esa compasión que comprende, se identifica y se transforma en actitud de servicio. Somos compasivos cuando visitamos a un amigo o familiar que ha sufrido un accidente o padece una grave enfermedad y no nos quedamos en la simple lamentación de su estado, sino que estamos también pendientes de su recuperación.
Con la compasión se reafirman y perfeccionan otros valores como la generosidad y el servicio por poner a disposición de los demás tiempo y recursos personales; la sencillez porque no se hace distinción entre las personas por su condición; la solidaridad por tomar en sus manos los problemas ajenos haciéndolos propios; la comprensión porque al ponerse en el lugar de otros, descubrimos el valor de la ayuda desinteresada.
La compasión nace en el interior como una profunda convicción de procurar el bien de nuestros semejantes, por lo que evita criticar y juzgar las faltas y errores ajenos. Procura comprender que muchas veces las circunstancias, la falta de formación o de experiencia hacen que las personas actúen equivocadamente.
La compasión va más allá de los acontecimientos y las circunstancias, se enfoca en descubrir a las personas, sus necesidades y padecimientos, con una actitud permanente de servicio, ayuda y asistencia, haciendo a un lado el inútil sentimiento de lástima, indolencia y egoísmo.
¿Homicidio culposo?
El 28 de agosto Joseph Henry, falleció en el Hospital Salvador, luego de permanecer dos días en el aeropuerto de Santiago, luego de perder su vuelo que lo llevaría de regreso a su país natal. Por razones que se investigan, el hombre de 40 años no habría logrado tomar el vuelo de la aerolínea Copa, permaneciendo en el aeropuerto durante dos días.
La fiscalía de Pudahuel es la responsable de indagar sobre este caso para dilucidar por qué razón la persona no pudo abordar el avión y por qué tampoco se le entregó solución inmediata al problema, pudiendo así evitarse la tragedia.
Joseph al desplomarse, fue asistido por una mujer que con la ayuda de un joven haitiano, que realizó el rol de intérprete, pudieron percatarse que el hombre llevaba dos días en el lugar. Fue llevado de urgencia al hospital en donde falleció a los seis días con un pronóstico de “insuficiencia respiratoria, neumonía y probable tuberculosis” a eso se le añade un estado de desnutrición calórica protéica (DCP). Este estado es producido cuando las personas no tienen acceso a los nutrientes necesarios que utiliza el organismo, la inanición es una forma aguda y grave de DCP primaria.
De todos los inmigrantes que han llegado a nuestro país en los últimos años, el grupo más vulnerable parece ser los haitianos. Y son los que menos líos enfrentan con la justicia, presentan un casi nulo índice de delincuencia, comparado con los otros grupos de inmigrantes.