- Que sea de conocimientos de mediación; esto es, que sea pobre en cuanto a conocimientos legales, porque la mediación no es un juicio.
- Que sea redactadas en términos positivos; esto es, “Cuál de las siguientes alternativas es la correcta”, y no “Cuál de las siguientes alternativas es incorrecta”. Las formulaciones en negativo son difíciles de procesar por el cerebro, de acuerdo a los aportes de la Programación Neurolinguística, y son además, antipedagógicas.
- Lo ideal es que la prueba sea construida por mediadores y no por abogados.
- Sería deseable que la Unidad de Mediación de nuestro país publique a la brevedad los resultados de las pruebas anteriores con sus respuestas correctas. Es un criterio pedagógico que los resultados de una prueba de conocimientos sean conocidos a la brevedad por quienes las rindieron.
- Evitar las preguntas mal planteadas; nos consta que en las pruebas de conocimientos de mediación anteriores hay preguntas mal planteadas, que inducen a respuestas equivocadas, y que debieron ser posteriormente anuladas por la propia entidad examinadora.
- Evitar preguntas que aludan a bibliografías desconocidas o inexistentes en el país, o a veces no disponibles ni siquiera en el país de origen.