GUÍA PRÁCTICA DE GESTIÓN DE CONFLICTOS LABORALES
ha pasado a ser un tema de importancia creciente a medida que los
contextos de trabajo son más complejos y las relaciones interpersonales
cobran importancia. No es sorprendente que en la segunda
Encuesta europea de empresas sobre riesgos nuevos y emergentes
(ESENER 2) (EU-OSHA, 2015) se destacara que los factores de riesgo
identificados con mayor frecuencia son los conflictos relacionales
con clientes, alumnos y pacientes. También reveló que los riesgos
psicosociales asociados se consideraban más complejos que otros
y que no había información suficiente ni herramientas adecuadas
para abordar los riesgos de forma efectiva en las empresas.
Lo mismo puede decirse de los conflictos que ocurren en el lugar
de trabajo entre personas o grupos de personas, por ejemplo entre
los empleados y la dirección, así como de algunos conflictos relacionados
con el puesto de trabajo que tienen que ver con la relación
entre la vida laboral y la vida personal. Los conflictos generados por
factores externos han de abordarse adecuadamente mediante la
gestión de los riesgos psicosociales con el fin de garantizar que los
conflictos pueden ser beneficiosos y no perjudiciales para la salud y
la productividad de los empleados.